La Federación Nacional de Obreros Metalúrgicos tiene en estos momentos sobre el tapete el problema de la base múltiple. Hablando con propiedad, diremos que lo tiene ya planteado hace unos catorce años. Que yo sepa, desde 1916 lo viene discutiendo en todos los congresos ordinarios que viene celebrando, siquiera hasta el último habido en el mes de septiembre no se haya tratado con el debido detenimiento ni se haya presentado un proyecto de estatutos con las normas articuladas para su aplicación; pero es cierto que se ha tratado, lo que indica que es una cuestión de interés, a la que hay que dar cima. Ahora parece que va de verdad. Por lo menos, el Comité Nacional, en su reunión de marzo, ha acordado rechazar una proposición que tendía a que se llevara a cabo una campaña de propaganda para interesar a los federados en el problema y conseguir su implantación más adelante.
Este ha sido el acuerdo de todos los Congresos en que este asunto fue discutido. Las campañas de propaganda se han sucedido –no en la intensidad y extensión, es verdad, que hubieran sido necesarias– y no hemos adelantado mucho en el camino indicado. Es verdad que, no existiendo una base de discusión que permita a los federados discurrir sobre los beneficios que la base múltiple les puede reportar, no es fácil exigirles una decisión concreta.
Hoy existe esa base tan necesaria. Los federados han tenido en momento oportuno un proyecto de estatutos en el que se les dice la cuota que han de abonar y los beneficios a obtener. La cuestión está, pues, en marcha ¿Saldrá adelante? ¿Se decidirán ahora los metalúrgicos federados a adoptar este sistema de lucha, que tanto ha de beneficiarlos en su actuación futura?
Si nos atenemos a las resoluciones del Comité Nacional, hay que ser optimistas. Ni uno solo de los delegados ha aceptado aplazar por más tiempo la implantación de la base múltiple. En septiembre próximo deberá celebrarse un congreso extraordinario para resolver definitivamente la cuestión.
La base múltiple es el procedimiento al que se van acogiendo ya importantes organizaciones pertenecientes a la Unión General de Trabajadores. En muchos países extranjeros es problema que ya no se discute. La Federación de Metalúrgicos y Relojeros de Suiza tiene establecida la base múltiple, y de la importancia de su funcionamiento pueden dar fe las siguientes cifras:
Las cuotas recaudadas por el cantón de Berna durante el año 1928 se elevaron a la importante suma de 13.699,71 francos suizos, de los cuales corresponden al subsidio de enfermedad 3.904,80.
Los subsidios pagados fueron:
Por socorro de enfermedad: 4.626 francos suizos
Por ídem de accidentes: 38 francos suizos
Por ídem de paro: 743,12 francos suizos
Por ídem de traslado de residencia: 50 francos suizos
Total por esta clase de socorros: 5.457,12 francos suizos
La cifra para una sola Federación cantonal, no cabe duda que tiene una gran importancia, y debe observarse que, en tanto en el socorro de paro, de accidentes y viático no se pagan más que 831,12 francos, en el de enfermedad se abonan 4.626. Que en el subsidio de paro figure una cantidad reducida no puede tener otra significación sino que la crisis de trabajo no ha sido grande. La cifra del socorro de enfermedad indica que aquellos camaradas nuestros, cuando caen enfermos, tienen asegurada una cantidad diaria que les permite atender a las necesidades más apremiantes.
En el cantón de Neuchâtel, los subsidios de enfermedad ascendieron a 9.293,80 francos suizos; el de paro, a 33.999, 20, y el de huelga, a 12.806,15.
Podríamos citar ejemplos de otros cantones de Suiza y Federaciones de otros países; pero renunciamos a ello para concretarnos solamente al ejemplo que nos ofrece en nuestro país la Federación Gráfica Española. Del estado publicado por esta organización tomamos solamente los datos del año 1927, que son como siguen:
Socorro de huelga, locaut y despido injusto: 22.949, 80 pesetas
Ídem de paro: 70.064,35 pesetas
Ídem de inutilidad: 49.762 pesetas
Ídem de enfermedad: 40.828,30 pesetas
Total de lo abonado por estos socorros: 183.604,45 pesetas
¿Cuántas preocupaciones de orden moral y material habrán evitado a los compañeros gráficos federados esta suma de pesetas abonadas en un año?
La base múltiple requiere, naturalmente, el sacrificio que pueda significar el pago de una cuota semanal que se sale de la que corrientemente pagan los metalúrgicos; pero el dinero pagado en estas atenciones no puede representar nunca un sacrifico. Si como tal se estima, sería forzoso considerar sacrificio también el ahorro que se practica mediante la acumulación de cantidades depositadas en una Caja de Ahorros. Las cuotas pagadas a la organización obrera constituyen en todo momento un capital depositado a un interés crecido: cuando se paga a la caja sindical, porque se obtienen mejoras en los salarios, reducción de jornada de trabajo y otras tantas mejoras de orden moral y material de las que actualmente disfrutamos todos los obreros; cuando se cotiza para la caja de socorros, porque en caso de enfermedad, paro forzoso, etc., se percibe una retribución diaria, que el individuo se da a sí mismo, por la sociedad se le abona como consecuencia del esfuerzo económico realizado por cuantos la componen.
Abrigamos la esperanza de que los metalúrgicos federados resolverán en el congreso de septiembre llevar a la práctica la implantación de la base múltiple en la Federación y confiamos en que, teniendo presentes la realidad y los números, adquirirán el convencimiento de que discutir unos céntimos en la cuota semanal o pedir aumento de socorros durante el año puede perjudicar el sistema.
Y nadie más que aquellos que han de beneficiarse de él deben estar interesados en su mayor eficacia.