El Comité Ejecutivo de la Internacional de la Edificación se ha reunido en Zurich para resolver varios asuntos de importancia para su porvenir inmediato.
Se ha ratificado el ingreso de las federaciones de Letonia y España. Las peticiones formuladas por las de la Edificación de Checoslovaquia y Rusia han sido desestimadas. El estado de división en que se encuentran los trabajadores de la Edificación en el primero de estos países ha dado origen a una tercera Federación recientemente constituida. El Comité Ejecutivo ha decidido negarse a admitir esta Federación, teniendo en cuenta que procediendo de este modo no estimula el acrecentamiento de las pasiones, que dan como fruto inmediato una enorme cantidad de diferencias entre la familia obrera y favorecen evidentemente la lucha de la clase patronal.
En cuanto a la Federación Rusa, las razones que han motivado la negativa de admisión consisten en que no ha sufrido modificación alguna la táctica que vinieron desarrollando desde la constitución de la Internacional Roja. Los acuerdos de la Conferencia de Viena marcaron orientación precisa para el Comité Ejecutivo, y este se considera en el deber de respetar decisiones que solo una nueva conferencia puede modificar.
Se ha acordado poner a disposición del Comité de Acción para la organización de los trabajadores del Norte de Francia la cantidad de 15.000 francos. La oficina de organización, que hasta hace poco funcionaba en San Quintín, se ha trasladado a París.
El Comité ha decidido emprender una acción de socorros a favor de las organizaciones de Alemania y conceder su representación al compañero Gryson para celebrar una entrevista con los compañeros de Inglaterra con el fin de allegar recursos para esta labor de solidaridad.
Por unanimidad se ha resuelto establecer la cuota de cuatro céntimos suizos para el año 1924, en atención a que las dificultades surgidas en Alemania han impuesto una considerable reducción en los ingresos de la Federación Internacional.
Se ha acordado que la próxima Conferencia Internacional se celebre en Estocolmo en los últimos días del próximo mes de junio.
Por el breve resumen de las deliberaciones de esta reunión que más arriba se enumeran verán los compañeros federados de España lo grave de la situación que ha creado a los trabajadores de algunos países la actuación burguesa de estos últimos años.
No obstante la magnitud del mal que sufren los trabajadores de Alemania es posible esperar que si los repetidos llamamientos a la solidaridad formulados por la Federación Internacional son escuchados cual corresponde entre organizaciones conscientes de sus deberes, las calamidades que padecen grandes masas de productores alemanes se aminoren en proporción bastante para ver serenamente cómo puede encontrarse remedio eficaz que termine definitivamente con tan difícil situación.
Son bastantes las organizaciones de España que han contribuido en la medida que pudieron a tan humanitaria obra; pero es probable que haya alguna todavía que no tomara acuerdos sobre ello. Las que se hallen en este caso deben apresurarse a votar alguna cantidad, por modesta que sea.