Colección Memoria de Hierro

Las grandes reformas de Madrid
El derribo de caballerizas

Tiempos Nuevos, 20 de abril de 1934

Ya se va apreciando, a medida que avanzan las obras de derribo, la importancia que tiene para Madrid echar abajo ese conjuntos de sólidos y vetustos caserones que se conocían con el nombre de caballerizas reales.

No solamente eran conocidas, por lo menos exteriormente, por todos los vecinos de Madrid, sino que lo eran también por todos cuantos del resto de nuestro país o del extranjero venían a Madrid, porque generalmente las caballerizas eran uno de los puntos de visita de turista y viajeros, no para ver el edificio, sino lo que éste encerraba: coches, carrozas, guadarnés, etcétera, etc.

El conjunto de edificios que formaban las caballerizas no tenía ningún interés , ni artístico, ni monumental, ni de ningún otro género; las caballerizas no eran nada más que unos caserones muy viejos, muy sólidos, eso sí , pero perfectamente antihigiénicos, y verdadera mole que, sobre constituir un enorme obstáculo para la circulación y restar un gran espacio para solaz y esparcimiento de los madrileños, tapaba totalmente la magnífica fachada del Palacio Nacional que da frente a la plaza de España.

Era, pues, de una necesidad apremiante derribar esa mole y construir en su solar unos magníficos jardines; y comprendiéndolo así, los concejales socialistas, secundados por los republicanos, tuvimos gran satisfacción de obtener del Gobierno provisiona, a iniciativa de nuestro correligionario Indalecio Prieto, la cesión de las caballerizas al Ayuntamiento de Madrid para su derribo y emplazar un jardín en su solar.

Después de no pocas dificultades comenzaron las obras de derribo, que, en mi concepto, superan en importancia a las del antiguo cuartel de San Marcial; y como, por lo visto, mucha gente creía que el Ayuntamiento no derribaría caballerizas, todo estuvo callado hasta que el ideal se fue convirtiendo en realidad.

Cuando ya se vio que el derribo iba en serio, se comenzó una campaña, en la que fueron voceros personalidades de acusado relieve, en la Academia de Bellas Artes, Colegio de Arquitectos, Universidad, etc., etc., utilizando las columnas de los periódicos para protestar contra el derribo de caballerizas.

Afortunadamente, el Ayuntamiento siguió adelante; hoy es ya un hecho la desaparición de esa mole, y hemos visto como alguna de las personas de acusada personalidad artística que antes suscribió la protestas contra el derribo, ahora reconoce que era convenientes y necesario; lo que prueba una vez más que, generalmente, hay algunos señores que llenan las columnas de los periódicos con muchas suficiencia, es posible, pero desconociendo las realidades de Madrid y carente de toda emoción beneficiosa para el pueblo.

Con el derribo de caballerizas y el del antiguo ministerio de Marina, la calle de Bailén queda convertida desde la plaza de España a la de San Francisco, en una de las vías urbanas más hermosas de Madrid y aun de la nación, ya que, como se sabe, nace en la plaza de España, teniendo en el lado derecho los jardines de la República (cuyo proyecto está terminando el arquitecto municipal Sr. García Mercadal) y a continuación el Palacio Nacional y la plaza de la Armería: y en su lado izquierdo, el solar resultante del derribo del viejo Ministerio de Marina (y en el cual debe construirse un edificio importante y a tono con el sitio); a continuación existen los magníficos jardines de la plaza de la República, luego el Viaducto, sobre la calle de Segovia, que ahora se va a construir de nuevo, y que por su traza, por su anchura y por su monumentalidad realzará la importancia de la calle de Bailén.

Pasado el Viaducto está la Iglesia de San Francisco el Grande, magnífica como obra de arquitectura y por todo su contenido artístico. Por si todo lo expuesto fuera poco, y la importancia de las reformas previstas en la calle Bailén nos parecieran pequeñas, ya ha aprobado el actual Ayuntamiento el proyecto de prolongación desde la plaza de San Francisco hasta la Puerta de Toledo.

Esta prolongación es ya el complemento definitivo de la reforma de tan importante vía urbana, pues, con arreglo al proyecto aprobado por la corporación municipal, la calle de Bailén terminará en la Puerta de Toledo, y, por tanto, este monumento que admiramos todos los madrileños adquirirá una perspectiva extraordinaria.

Además, la prolongación derribará una cantidad de casas que no reúnen condiciones de habitabilidad , quedando la calle de Bailén, en virtud de esta prolongación, convertida en una vía de intenso tráfico y de enlace norte-sur de Madrid.

La calle de Bailén, pues, gracias al cambio de régimen y a la labor socialista en el Ayuntamiento, quedará convertida después de esta reforma en una vía orgullo de Madrid, a pesar de las campañas realizadas para desnaturalizar o impedir esta transformación.

Manuel Muiño Arroyo
(1897-1977)