Colección Memoria de Hierro

Los Mineros Asturianos (III)1

La Aurora Social, 11 de noviembre de 1899

Quedábamos en el artículo anterior en los males que los mineros se causan a sí propios y prometimos ocuparnos de ellos en el presente.

¿Hay necesidad de puntualizarles, de decir ce por be son los males que se derivan de vuestra falta de unión?

Creo que no.

La falta de ventilación en muchas minas; el poco cuidado que se observa por algunas empresas para que las lámparas de seguridad lo sean efectivamente; el robo descarado que hacen algunos contratistas a los picadores que están a centímetros; la forma grosera con que algunos capataces, vigilantes y contratistas tratan a los mineros y otros muchos abusos y latrocinios de que son víctimas los mineros ¿no es verdad que desaparecerían si estuvieran unidos?

Figuraos, mineros, que un granuja en forma de contratista os roba a fin de mes, al pagaros, unos cuantos centímetros que suman algunos metros, ¿qué ocurrirá? Desde luego que a la cárcel no va, porque desgraciadamente se sabe de muchos que roban y no hay dios que se atreve con ellos.

Pero suponed que formáis todos o la mayoría, parte de la agrupación2 pone en conocimiento de esta. Ah, entonces no tengáis cuidado, el ladrón por miedo a pasarlo mal o a quedar sin gente a quien explotar procurará cortarse las uñas y dejaros lo que habéis ganado con vuestro sudor.

Esto es cierto, no podéis negarlo.

Sí, ya sabemos que hoy algunos contratistas si pretenden robarnos no lo consiguen gracias a la entereza de algunos de vosotros, ¿pero, no es cierto que después pretenden vengarse cambiándonos de trabajo, dándonos lo peor, fastidiándoos cuanto pueden? Oh, sí, esto es cierto y cierto también que los más débiles de los vuestros sufren las consecuencias del afán de robar de algunos de los que os explotan.

Pues bien, en la unión no hay débiles ni fuertes, todo estáis amparados contra los que os esquilman.

¿Qué, no es también cierto que muchos desprendimientos de tierra que dentro de la mina tenéis que sufrir muchas veces, es porque aquel a quien le tiene cuenta procura ahorrar madera, aunque sea a costa del sacrificio de algunas vidas vuestras?

Si los montepíos hoy son ladrones formados con la parte de vuestro jornal que os descuentan forzosamente, sin daros cuenta luego de la inversión de fondos, ¿no es verdad que tenéis la culpa vosotros por falta de unión para tener la fuerza suficiente y encararse con los administradores de esos montepíos pidiéndoles estrecha cuenta?

¿Qué, no es verdad que la mujer en los lavaderos y los guajes en sus trabajos apenas si ganan para jabón con que lavar sus ropas y cuerpos, siempre llenos del negro polvo que se desprende del carbón?

¿Qué, no es verdad que mientras vosotros, vuestras mujeres e hijos coméis malísimamente, apenas si tenéis un vestido limpio para los domingos y vivís casi siempre empeñados, los propietarios de las minas, contratistas y demás gente innecesaria para el laboreo en las minas gastan muchas pesetas, comen bastante mejor que vosotros y visten de lo mejorcito?

¿Por qué esa desigualdad y esa injusticia que se comete con vosotros?

Por vuestra falta de unión.

Si vosotros en un día dado dejareis de arrancar carbón ¿lo sacarían los contratistas y empresarios? No,3

Entonces, si vosotros solos contribuís principalmente a esa riqueza de que hacen gala vuestros explotadores ¿por qué vivís casi como las bestias y como estas habitáis casi todos inmundo cuchitriles, faltos de aire y de luz? Pues por lo dicho, por vuestra falta de unión.

En otro artículo, ya os diremos cuánto saldréis ganando con ella.

Por ahora, id meditando en lo que a la ligera va escrito en este artículo, donde aún falta mucho que decir; id pensando en cuanto estáis sufriendo por vuestra falta de unión y entonces comprenderéis que los primeros enemigos de la clase obrera son los trabajadores que no quieren unirse a los suyos.

¡Aterra el pensar que tan sencillamente pudiéramos vivir como hombres, y que por nuestra ignorancia somos explotados, oprimidos y recibiendo casi de limosna lo que con nuestro sudor ha sido creado!


Notas:

1 Firmado por su heterónimo, Miguel Lavín.

2 Texto ilegible en el original.

3 Texto ilegible en el original.

Manuel Vigil Montoto
(1870-1961)